CALGARY: EL TIEMPO MÁS INESTABLE
Imagínense salir de casa con un cielo despejado, calor y, en apenas un instante, estar lloviendo, haciendo frío, y después granizando o incluso nevando
Imagínense un lugar donde el tiempo pueda ofrecernos todo su repertorio de meteoros en apenas unas horas. Salir de casa con un cielo despejado, calor y, en apenas un instante, estar lloviendo, haciendo frío, y después granizando o incluso nevando. Y al revés, pasar en pleno invierno de temperaturas muy por debajo de los 0 grados a subir entre 20 y 30 en solo unas horas e incluso minutos. Esto es Calgary, una de las ciudades con el tiempo más inestable del mundo, sino el más, y todo fruto de su especial ubicación orográfica. En muchos días del año, todo puede pasar en esta ciudad de extremos.
Situada en la provincia de Alberta (Canadá), Calgary está ubicada a los pies de las Montañas Rocosas y cerca de las praderas canadienses. Destino favorito de los esquiadores, su altitud es de unos 1.000 metros sobre el nivel del mar; no obstante, en 1988 fue sede de los Juegos Olímpicos de Invierno. Precisamente sus inviernos están condicionados por la presencia del chinook, un viento que arranca húmedo desde el Pacífico y que, al pasar por las Rocosas, deja abundantes lluvias y nevadas. Después, una vez seco, desciende por las laderas orientales de estas montañas, comprimiéndose y recalentándose de manera excepcional, haciendo que las temperaturas puedan subir entre 20 y 30 grados en poco tiempo. Puede durar varios días, y cuando para pueden volver las tormentas de nieve. De hecho, sus temperaturas pueden oscilar entre un récord mínimo de -45 grados en 1893 y un máximo de 36 en 1919.
En Calgary, el tiempo loco es parte de su normalidad, y es que la ciudad se sitúa en el borde del llamado corredor del granizo de Alberta y en ocasiones sufre fuertes granizadas que causan numerosos daños.
LAS TORMENTAS DE ARENA
La visibilidad es prácticamente nula por donde pasa y supone un gran peligro para la aviación y para los automovilistas que se encuentran con este fenómeno meteorológico
Imagínense un muro gigante o una pared extremadamente densa de polvo o arena de unos 1.000-1.800 metros de altitud y decenas de kilómetros de extensión avanzando a una velocidad de unos 30-50 km/h y con rachas de viento en su interior que pueden superar los 100 km/h. La visibilidad es prácticamente nula por donde pasa y supone un gran peligro para la aviación y para los automovilistas que se encuentran con este fenómeno meteorológico porque puede ocasionar accidentes mortales en carretera, derribar líneas eléctricas, arrancar árboles y producir graves problemas a personas con dificultades respiratorias. Es tan espectacular como peligroso y es exclusivo de zonas secas o desérticas (Oriente Medio, grandes llanuras de Norteamérica, desiertos, etcétera).
Hoy hablamos de los haboobs, las tormentas de arena del desierto. El término haboobviene de la palabra árabe habb, que significa viento, o hacer volar. En realidad, podríamos traducirlo como viento fuerte, ya que tiene su origen en las corrientes descendentes de aire que a veces se originan de manera súbita (en forma de reventón o downburst)cuando se produce una tormenta eléctrica en zonas áridas o semiáridas. Los fuertes vientos actúan como un rodillo que produce un efecto ola que va agitando y levantando de manera violenta la arena a medida que va avanzando a través del terreno. De esta manera, se crean estos impresionantes monstruos de arena.
Tan potentes pueden llegar a ser estas tormentas que en marzo de 2003 una de ellas frenó el avance de las tropas de EE UU y Reino Unido en la guerra contra Irak.
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