Cuando el protagonista de una película se pone a pensar, escuchamos su propia voz disertando sobre el problema que le atenaza en ese momento. Este pequeño truco de la voz en ‘off’ le sirve al director para simular la vida interior del personaje, pero ¿funciona de la misma manera nuestro pensamiento en la realidad? Es decir, ¿escuchamos una voz en nuestro interior cuando pensamos?
Desde hace unos años, el científico Russell Hurlbert y su equipo investigan lo que se conoce como «discurso interior». En algunas ocasiones, nuestro pensamiento se parece a esa voz con la que nos hablamos a nosotros mismos y que se ha recreado en literatura desde los tiempos de ‘Madame Bovary’. En un trabajo publicado en la revista Consciousness and Cognition, Hurlbert resume los hallazgos realizados en los últimos años y la forma en que lo han medido.
El problema de estudiar la voz interior es que cuando uno se para a intentar analizarlo interfiere sin remedio sobre su propio pensamiento. Como una especie de principio de indeterminación de la mente consciente. Para remediarlo, los investigadores idearon un sistema consistente en proporcionar a los sujetos un avisador programado para emitir un zumbido aleatoriamente en distintos momentos del día. Cuando la persona escuchaba el aviso debía anotar en un papel el tipo de actividad mental que estaba teniendo justo en ese momento, manteniendo una especie de diario de su ‘voz interna’.
En un estudio con 30 participantes y una duración de tres días, el equipo de Hurlbert obtuvo algunos resultados interesantes. En primer lugar, algunos dijeron no escuchar ninguna voz en absoluto mientras que otros la escuchaban un 75% del tiempo. De media, el 23% de los pitidos del avisador dio como resultado un reporte de voz interior, lo que no quiere decir que escuchemos la voz un 23% del tiempo.
Nuestra ‘voz interior’ suele ser nuestra propia voz como la escuchamos al hablar, es muy raro que alguien piense con la voz de otra persona. La aparición de la voz es caprichosa y presenta en distintos grados de volumen o emoción según la circunstancia. Otra de las curiosidades es la localización: aunque la mayoría afirmó escuchar la voz en la cabeza, algunos individuos aseguran que su discurso interno tiene lugar en el pecho. También hubo personas que reportaron escuchar la voz interior mientras ellos estaban de hecho hablando en voz alta (con las dos voces diciendo cosas distintas) y en otros casos la voz hablaba sin sentido o a más velocidad que el discurso normal.
Aunque suena muy extraño, es importante recordar que con esta ‘voz interna’ no nos estamos refiriendo a las voces que escuchan los pacientes psiquiátricos que mantienen diálogos consigo mismos, sino a la forma en que se materializa en ocasiones en pensamiento y parece que escuchamos con nuestra propia voz lo que estamos pensando. En general, los científicos siguen teniendo muchas dudas sobre el fenómeno y muchas preguntas. Por ejemplo, ¿existen diferencias culturales a la hora de experimentarlo? o ¿cuándo y cómo aparece por primera vez?
Referencia: Toward a phenomenology of inner speaking (Consciousness and Cognition). | [Vía]
FUENTE QUE UTILIZO: